DICCIONARIO

Fernando Valadez- El diccionario
diccionario (1)

diccionario de frecuencias – diccionario ideológico – diccionario inverso

diccionario y lexicografía

lexicología y lexicografía

A: DLE – RAE: diccionario. (Del b. lat. dictionarium). 1. m. Repertorio en forma de libro o en soporte electrónico en el que se recogen, según un orden determinado, las palabras o expresiones de una o más lenguas, o de una materia concreta, acompañadas de su definición, equivalencia o explicación. 2. m. Catálogo de noticias o datos de un mismo género, ordenado alfabéticamente. Diccionario bibliográfico, biográfico, geográfico.

B: DL – TL: diccionario. Libro con descripción sistemática del vocabulario de una lengua o de un terreno especializado o técnico, que puede estar ordenado alfabéticamente o por conceptos; inventario del vocabulario en el que ordenan y explican las palabras, seleccionadas según determinados criterios. Puede tratarse de un diccionario mono- o bilingüe o multilingüe, especializado o especial, histórico o etimológico, ortoépico u ortográfico, fraseológico, estilístico o idiomático, de dialectos, de palabras extranjeras, de acentuación, de sinónimos, de imágenes, de un diccionario de frecuencias o un diccionario inverso.

Para Reformatskij, un diccionario mono- o multilingüe consta de una parte de entradas, de indicaciones estilísticas, gramaticales y fonéticas, de ejemplos ilustradores o corroborantes y de giros idiomáticos y fraseológicos (y la traducción). Cfr. lexicón, lexicografía, lexicología, sistema conceptual, onomasiología.

diccionario de frecuencias. Véase frecuencia.

diccionario ideológico. También: Thesaurus (gr. > lat. thesaurus: tesoro; índice de todas las palabras de una lengua: Thesaurus linguae Graecae, nueva ed., 1955 y ss., Thesaurus linguae latinae, 1894 y ss.). Diccionario que recoge y ordena sistemáticamente todas las unidades léxicas de una lengua. El Thesaurus de Rogers (1852) presenta un intento de clasificación del vocabulario en rasgos semánticos. Para Agrícola, las unidades de un diccionario ideológico no deben ordenarse según criterios extralingüísticos con un sistema lógico-conceptual; su fundamento deben ser los hechos propiamente lingüísticos (semántico-léxicos y gramatical-sintácticos) El diccionario ideológico operativo une a las estructuras sintácticas concretas. Como disposición de palabras sobre la base de asociaciones, el diccionario ideológico es útil para la teoría de la documentación y la búsqueda de información.

diccionario inverso. Un tipo (nuevo) de diccionario, que ordena las palabras no por las letras iniciales, sino por las finales, p. ej., a, ba, baba, laba, etc. Un diccionario inverso hace posible el hallazgo rápido de palabras con determinadas terminaciones (sufijos); es útil para la estadística fonética y la búsqueda de rimas, y proporciona indicaciones sobre el sistema de la formación de palabras.

INF. COMPL.: 1) El concepto de diccionario no ha sido todavía definido satisfactoriamente. Todos conocemos y utilizamos esa obra, tan necesaria para nuestro desarrollo intelectual, pero, como ocurre con tantas realidades familiares, nos sería poco menos que imposible caracterizarla en unas pocas palabras. En términos generales, podría decirse que un diccionario, en sentido estricto, es una descripción del léxico concebida a modo de fichero, en que cada ficha viene a ser un artículo donde se estudia una determinada palabra. Esta particular estructura es consecuencia, como hemos dicho, de su finalidad pedagógico-práctica o, en definitiva, del hecho de ser una obra de consulta, pues todo diccionario está concebido para resolver dudas acerca del vocabulario de una lengua.

Las dudas que se le presentan al usuario pueden ser de muy diversa índole y, por lo tanto, un diccionario concreto nunca está en condiciones de resolverlas todas. Es precisamente en la capacidad de resolución de dudas donde reside uno de los principales factores diferenciadores de los diversos tipos de diccionarios y que a su vez constituye un criterio fundamental para determinar la calidad de los mismos. En general, dichas dudas pueden ser básicamente de dos tipos y, por lo tanto, el usuario, al consultar el diccionario, persigue estos dos objetivos: a) comprobar si un uso es correcto, es decir, si está aceptado por la comunidad hablante, o b) aprender a interpretar un determinado vocablo. En el primer caso el diccionario desempeña un papel pasivo en cuanto que responde a la pregunta ¿Está empleada la palabra en su sentido adecuado? En el segundo caso, por el contrario, el diccionario desempeña un papel activo puesto que constituye un medio de acrecentar los conocimientos léxicos del usuario de la lengua. (Porto Dapena, 2002: 35).

Fundamental y necesario, a este respecto, es que el que utiliza un determinado diccionario sepa en todo momento el tipo de información que éste puede y debe ofrecerle. La observación no es en absoluto trivial, si tenemos en cuenta que, por desgracia, no todo el mundo –incluso personas de formación universitaria- está en condiciones de utilizar adecuadamente un diccionario, pues o le pide demasiado, o desconoce la manera de encontrar en él la información que busca. De ahí, por ejemplo, que haya quienes piensan que la calidad de un diccionario depende del número de sus entradas, o menosprecien cierto diccionario porque no ofrece información acerca de un determinado término científico o técnico. Cada diccionario, como ya queda observado, no está jamás en condiciones de poder resolver todas cuantas dudas puedan presentársele al lector o hablante de una lengua, sino tan solo algunas, justamente aquellas para las que ha sido pensado y escrito. Esto equivale a decir que cada diccionario posee unas metas y fines específicos, que no pueden ser desconocidos ni olvidados por el usuario. En líneas generales, esas metas pueden reducirse a cuatro fundamentales: a) traducir de una lengua a otra, b) descifrar una terminología o vocabulario especial, c) dominar los medios de expresión que ofrece la lengua común, y d) aumentar los conocimientos sobre un determinado campo del saber humano. Naturalmente, a un diccionario bilingüe, cuya finalidad específica es dar equivalencias léxicas de otra lengua, no se le puede exigir la definición de un vocablo en términos del idioma que sirve de entrada, como tampoco a un diccionario común puede pedírsele que nos informe sobre determinada cuestión geográfica o histórica, misión que corresponde a la enciclopedia o al diccionario enciclopédico. (Ibid., p. 37). 

2) Diccionario y lexicografía. El diccionario es el protagonista de toda actividad lexicográfica. Por una parte, ejerce la mayor de las fuerzas en la producción de los géneros lexicográficos y, por otra, representa el género rey de la disciplina. Definirlo resulta tan complejo y difícil, como fácil su reconocimiento e identificación textual. Junto a la enciclopedia, el diccionario cumple la más elaborada de las funciones de decodificación de las voces de la lengua común o de la lengua literaria, de la lengua técnica o de la lengua estética, de la lengua científica o de la lengua poética, procediendo a la descripción sucinta de los indicadores, marcadores y rasgos semánticos, metalingüísticos y pragmáticos que caracterizan el comportamiento de las unidades léxicas en cada una de ellas. La enciclopedia, acomete, en paralelo la decodificación extensa y demorada de muchas de estas unidades en alguna de estas modalidades lingüísticas. Creciendo en paralelo uno y otra, será, sin embargo, el diccionario el que logre compendiar las riquezas de la enciclopedia en una de sus especies más raras y virtuosas: el diccionario enciclopédico.

La aventura intelectual que el diccionario conlleva obliga a proponer caracterizaciones que, aunque parciales y fragmentarias, pueden orientar la comprensión de su naturaleza textual y cultural. En cuanto a la primera, el diccionario puede definirse como un género de obra que ordena alfabéticamente el universo léxico de una lengua o de una disciplina y que procede a describirlo en sus valores más definitivos, ajustados, rigurosos, sistemáticos y respondiendo a un esquema uniforme de contenidos de exploración. En cuanto a su naturaleza cultural, el diccionario se define como un objeto cultural, un artefacto etnográfico que, además de describir la lengua siguiendo un aparato sistemático de análisis, ofrece lecturas e interpretaciones etnográficas, ideológicas, sociológicas y de pensamiento que nos aproximan a la comprensión de procesos no lingüísticos en donde el modo de descripción adquiere valores que trascienden la pura explicación del significado de las voces para explicar, en suma, el significado de la vida grabado en el tono y modo con que el diccionario se ha aproximado a la lengua.

Nace, para codificar y promediar los pasos exigidos por estos procesos de formación lingüística y cultural del diccionario, una disciplina de estudio: la lexicografía. Considerada modernamente como una técnica científica de elaboración de diccionarios, exhibió en sus orígenes un carácter más cercano al arte que a la ciencia. Labor de artesanía, como en gran medida sigue manifestando, la lexicografía busca entender y ensayar los mecanismos para satisfacer todos los eslabones descriptivos del léxico de una lengua o disciplina. Labor de ciencia, como se la concibe hoy, la lexicografía se impone refinar los mecanismos descriptivos y concebir cada vez resultados más funcionales y satisfactorios. A la artesanía debe la hermosura de sus formas; a la ciencia, el rigor de sus métodos.

En cuanto método, la lexicografía guarda una estrecha relación con una disciplina gemela, ocupada también en comprender el funcionamiento y significado del cuerpo léxico de una lengua o disciplina. Se trata de la lexicología y para distinguirla de la lexicografía se debe recurrir a diferencias que provienen del diverso modo de abordar un objeto de estudio que es el mismo: la materia léxica. La lexicología procede a determinar, evaluar y ordenar los rasgos para entender el funcionamiento del léxico. Su modo de informar es el estudio o el tratado explicativo. La lexicografía, en cambio, sobre la base de los alcances de la lexicología procede a formalizar los logros evaluativos lexicológicos en un aparato descriptivo referencial. Su modo de informar es el diccionario o cualquier otro de los géneros lexicográficos. Si la lexicología resulta disciplina evaluadora, la lexicografía lo es formuladora. Más conceptual que formal, la primera; más formal que conceptual, la segunda. Las dos indispensables para la existencia de la otra: la lexicología se vale del saber de los diccionarios y la lexicografía del saber de los estudios lexicológicos. En otras palabras, el interés central de la actividad lexicográfica es la elaboración de instrumentos descriptivos; para la lexicología, en contraste, el interés central reside en el estudio de la materia léxica. Descripción del léxico frente a su estudio, resultan las dos caras de una moneda que se desgasta en recoger, evaluar y explicar, de la forma que sea, el léxico de una lengua o disciplina.

Como actividad descriptiva, entonces, la lexicografía va a proponer, no ya teorías como la lexicología hace, sino, como diferencia específica, formas de descripción. Éstas se desarrollan en dos niveles principales: los géneros y las tipologías. Los primeros engloban las grandes modalidades en que pueden llevarse a cabo los trabajos lexicográficos: diccionarios, glosarios, tesoros, vocabularios, léxicos, listas de palabras, etc. Las segundas se demoran en mostrar la gama cromática en que pueden proponerse los géneros lexicográficos. Si los géneros son finitos, los tipos resultan infinitos en teoría. Es así, al punto de establecerse solo tipos en relación con el género lexicográfico rey: el diccionario. (Pérez, 2005: 9)

diccionario (2)

diccionario y tipología

tipología o clasificación de los diccionarios

A: DLP – JMS: diccionario. (Del b. lat. dictionarium, der. del lat. dictionem, acción de decir). Recopilación de las palabras, locuciones, giros y sintagmas de una lengua o, dentro de ella, los términos de una ciencia, técnica, arte, especialidad, etc., generalmente dispuestos en orden alfabético. (Sin.: abecedario, vocabulario). ♦ 2. Libro en el que al lado de las palabras de una lengua, generalmente colocadas en orden alfabético, figuran sus equivalentes en otra u otras lenguas. ♦ 3. Obra que ofrece por orden alfabético nombres, hechos, noticias, etc., referentes a un orden de conocimientos. ♦ 4. Abecedario, cualquier lista cuyos términos aparecen en orden alfabético. Historia. Los diccionarios alfabéticos son históricamente recientes. Las formas de diccionario antiguas que conocemos no mantienen orden alfabético ni se llaman diccionario, palabra que surge al final de la Edad Media. Mientras los griegos utilizaron preferentemente la voz lexicón, pero aplicada a inventarios lingüísticos, los romanos no conocieron estas voces. La palabra diccionario la aplica por primera vez, al parecer, el musicólogo de origen inglés Juan de Garlandia (Inglaterra, ca. 1190 – tal vez París, ca. 1252) en un Dictionarium en el que se encuentran precisiones sobre la música y los instrumentos del siglo XIII. En el siglo XVII se encuentra en Inglaterra la forma dictionary y en Francia aparece en 1539 en el Dictionarium latinogallicum, seguido, en 1539-1540, del Dictionnaire francoislatin, ambos impresos por Robert Estienne, y en 1553 por el Dictionnaire historicum de poeticum de Charles Estienne. Sin embargo, los términos que predominan en la lexicografía europea de la época son los de vocabularium, dictionarium y lexicón, cuyos contenidos eran muy distintos. Por ejemplo, el primer diccionario español llevaba el título genérico de vocabulario: Universal vocabulario en latín y en romance, publicado en 1490 por Alonso de Palencia. Nebrija publica en 1492, en Salamanca, un Lexicon hoc est Dictionarium ex sermone latino in hispaniensem (conocido como Diccionario latinoespañol) y en el mismo año, o en 1495, un Dictionarium latinum-hispanum (conocido como Vocabulario de romance en latín). Pese a que en 1505 el franciscano Pedro de Alcalá, aprovechando el diccionario de Nebrija, publica el Vocabulario arábigo en letra castellana, el padre de la lexicografía moderna española es Sebastián de Covarrubias (1539-1612), autor del Tesoro de la lengua castellana o española (no utiliza la palabra diccionario), probablemente escrito entre los años 1606 y 1610, pero aparecido en Madrid en el año 1611,

En los primeros tiempos de la lexicografía española se presta especial atención a los diccionarios de lengua, pero estos fueron pronto igualados en número, y después claramente superados, por los especializados, tal vez el mayor número de los que hoy existen, si bien los que reclaman mayor atención son los de lengua.

INF. COMPL.: 1) A pesar de sus limitaciones y servidumbres, la lexicografía tiene también sus satisfacciones. Es quizás, entre todas las actividades lingüísticas, junto con la traducción y la enseñanza de idiomas, la que está más estrechamente relacionada con la vida humana en sus aspectos más variados y la que mayores servicios presta a la colectividad.

Las dificultades que ofrece la elaboración de un diccionario se pueden resumir en una sola frase: “El lexicógrafo tendría que saberlo todo” [L. Zgusta, Manual of Lexicography (Janua Linguarum, Series Maior, 39), Praga – La Haya – París, 1971, p. 9]. Aunque su labor consiste esencialmente en registrar unidades léxicas, generalmente palabras o giros, y su significado, habrá que tener en cuenta, como telón de fondo, el sistema político, económico y sociocultural de la comunidad lingüística respectiva, en todos sus aspectos. En la mayoría de los casos, el lexicógrafo deberá ocuparse, además de la lengua, de una serie de especialidades extralingüísticas, desde la electrónica hasta el derecho, pasando por los deportes, la cocina, el automovilismo, la peluquería, la medicina, etc.

Cuando se compilan diccionarios, hay que consultar, con frecuencia, no sólo bibliografía especializada de botánica, zoología, etc., sino también a expertos en las más diversas materias, por ejemplo, médicos, modistas, ingenieros, para saber o bien el significado de un término técnico o su equivalente consagrado por el uso en otra lengua. Así, pues, la labor lexicográfica resulta –a pesar de las mencionadas dificultades- sumamente interesante y hasta apasionante, por su constante contacto con todas las facetas de la vida. (Haensch y Wolf en Haensch, 1982: 12).

2) Diccionario y tipología. Como es sabido, la investigación tipológica en lexicografía reviste una importancia de primer orden, en la idea de que conocer y clasificar los géneros diccionariológicos y las distintas manifestaciones y modalidades de elaboración no es más que acercarse a los intereses más genuinos de la disciplina. Si, al mismo tiempo, la investigación tipológica se asocia a fenómenos de naturaleza histórica, adquiere, entonces, una jerarquía muy notoria como posibilidad de entender la propia naturaleza de la lexicografía en las evidencias de la evolución de sus intereses analíticos y la puesta en práctica de métodos y técnicas que hagan posible una descripción léxica cada vez más perfecta. En otro sentido, el estudio de las tipologías lexicográficas de una época nos afianza en una consideración sobre la imposibilidad que todo instrumento tiene para describir cabalmente y en complejidad el léxico de una lengua, en la medida en que los ensayos tipológicos se multiplican. En este caso, el perfeccionamiento de la ciencia es proporcionalmente inverso a su incapacidad para completar una descripción satisfactoria, sueño nunca alcanzado.

Resulta fácil entender cómo las metas de la descripción lexicográfica condicionan la producción de determinadas especies de textos. Estos la hacen propicia –posible-, y permiten que la descripción satisfaga los requerimientos del instrumento que las entiende como necesarias. Quiere decirse que no toda descripción es válida para todas las especies lexicográficas, sino, contrariamente, cada una de estas manifestaciones tipológicas está exigiendo su particular modo de desarrollar los mecanismos descriptivos. Es así como el estudio de las tipologías de diccionarios cobra interés como uno de los tópicos en el conocimiento de las producciones lexicográficas. Gracias a esto, estudiar las tipologías diccionariológicas es acercarnos al conocimiento de la naturaleza de una variedad lexicográfica específica (tiempo, lugar, uso, especialidad, origen, etc.). Entendido este principio, se debe establecer que el primer paso en el estudio de la historia de cualquier modalidad lexicográfica es el de la clasificación de los distintos tipos de diccionarios ensayados y probados por esa lexicografía. Así, los criterios con los que se elaboran este tipo de obras son determinantes para la clasificación. Las variables que entran en juego son, fundamentalmente, las siguientes: tiempo (diccionarios históricos frente a diccionarios sincrónicos), lugar (diccionarios regionales frente a diccionarios generales), uso (diccionarios de uso), especialidad (diccionarios técnicos o terminológicos), origen (diccionarios etimológicos), etc. A su vez, cada una de estas categorías puede estar comprendida dentro de categorías mayores o generar subcategorías sólidamente tipificadas, como sucede con los diccionarios monolingües, los diccionarios plurilingües, los diccionarios ilustrados o con los diccionarios enciclopédicos.

Al tanto de las implicaciones que estos supuestos generan, resulta una de las tareas más seductoras en la investigación lexicográfica el registro y análisis de los tipos de diccionarios ensayados o proyectados. También, uno de los tópicos de estudio más pertinentes para el conocimiento de la historia de los diccionarios. Aún más, no es posible llegar a comprender los desarrollos históricos de la actividad lexicográfica de una lengua sin proponer una clasificación sobre las modalidades descriptivas materializadas en la práctica. (Pérez, 2005: 24).

3) Primeras obras lexicográficas posteriores al descubrimiento de América. La primera de esas obras es el Vocabulario de romance en latín, de Antonio de Nebrija (publicado en 1493), donde se registra la voz indígena americana canoa. Nebrija estaba aún preparando su vocabulario cuando tuvo noticia del descubrimiento de América, y seguramente conoció la Carta de Colón donde aparece por primera vez la palabra canoa, y entonces la incluyó en su obra. Cabe, pues, a Nebrija, el mérito de ser el primer lexicógrafo que tiene en cuenta elementos léxicos de origen americano como pertenecientes al léxico de la lengua española.

El ejemplo de Nebrija fue seguido por otros autores de diccionarios. Tal es el caso de Cristóbal de las Casas, quien introdujo la voz canoa en su Vocabulario de las dos lenguas toscana y castellana (Venetia, 1576); de Juan de Covarrubias, quien en su Tesoro de la lengua castellana (Barcelona, 1611) tuvo en cuenta, además de canoa, las voces americanas atincar, caimán, mechoacán, tuna, coco, pita, uña olorosa, inga y algunos nombres topográficos; de César Oudin con su Trésor des deux langues espagnolle et françoise (París, 1645), donde incluyó cacao, canoa, caimán, cacique, coca, floripondio, mechoacán, palo santo, taruga y vicuña. Otro tanto hicieron James Howell, en su Lexicon Tetraglotton in English – French – Italian – Spanish Dictionary (London, 1659); Pedro Pineda, en su Nuevo diccionario español – inglés e inglés – español (London, 1740); Lorenzo Franciosini, en su Vocabulario italiano e spagnolo (Venezia, 1785). Estos autores registraron también algunos vocablos del español americano, de procedencia indígena, relativos a flora y fauna.

En términos generales, se puede afirmar que en las obras lexicográficas que tienen en cuenta el español, anteriores a la aparición del Diccionario de autoridades (Madrid, 1726-1739), en las que se encuentren americanismos, se limitan a registrar solamente vocablos relacionados con conceptos de lo exótico americano. (Bohórquez C., 1984: 31).

El primer glosario que incluye en su mayor parte vocablos indígenas es el de Pedro Mártir de Anglería, escrito en latín y que aparece a manera de apéndice en la publicación de las tres primeras Décadas hecha en Alcalá (1516). Es un pequeño glosario que aparece encabezado con el nombre de Vocabula barbara.

Allí el significado de cada vocablo está explicado muy brevemente, a veces con sólo tres palabras latinas, a excepción del término topográfico xagua. La mayor parte de los vocablos es de nombres indígenas geográficos de América. Hay también nombres indígenas de personas, y nombres de españoles. Algunos de los vocablos indígenas pertenecen a flora, fauna y objetos culturales de América, por ejemplo: anaboríe, attibunféix, battata, boíus, cazábi, canóa, caríbes, caníbales, chohóba, cotócus, guaccaraíca, guazáuara,, guasána, guanalá, guanabbá, guarabaná, guateguá, guarerí, hóbos, iáuna, iúcca, maguá, maméis, tunná, etc.

Como conclusión, se puede afirmar que el concepto de americanismo aplicado al español, en obras no lexicográficas y lexicográficas, monolingües o multilingües, es bastante pobre, y no se puede encontrar claramente una conciencia lingüística del fenómeno léxico del americanismo. En las obras lexicográficas y en las no lexicográficas de los siglos XVI y XVII, el concepto de americanismo está considerado como un exotismo ligado a vocablos de origen especialmente indígena de conceptos relativos a flora o fauna, o a algunos pocos objetos o cosas culturales exclusivos de América.

En las obras españolas no lexicográficas, a lo sumo se puede hablar de indicios de una conciencia lingüística del fenómeno léxico del americanismo. (Ibid., p. 32).

Diccionario Margariteño- Cuerdas Espartanas

OBS.: 1) Haensch (1982: 95) afirma que “la clasificación de las obras lexicográficas (diccionarios, vocabularios, glosarios, etc.) constituye una tarea muy ardua y plantea no pocos problemas, tanto teórico-lingüísticos como prácticos. Aquí, la síntesis entre la ciencia del lenguaje y la práctica lexicográfica resulta particularmente difícil. Por esto vamos a exponer primero la problemática de la tipología de las obras lexicográficas planteada desde el punto de vista de la lingüística, para examinar luego los diferentes tipos de diccionarios desde una perspectiva histórica y práctica”. A partir de esta premisa, Haensch escribe su estudio titulado “Tipología de las obras lexicográficas” que conjuntamente con sendos trabajos de Wolf, Ettinger y Werner se incluye como el Capítulo 3 de La lexicografía. De la lingüística teórica a la lexicografía práctica (Haensch, 1982: 95-187). “A lo largo de este capítulo –dice Haensch- hemos visto, por una parte, que hay muchos diccionarios y otras obras lexicográficas que corresponden a varios criterios de clasificación; por otra parte, hemos destacado que la nomenclatura de las obras lexicográficas no es uniforme ni unívoca. Por esto, sólo se puede caracterizar una obra lexicográfica describiendo todos sus rasgos distintivos, mediante criterios como los expuestos”. (cf. p. 187). En relación con esta diversidad tipológica, del “Índice de materias” del libro anteriormente citado, se transcribe el listado que contiene algunos de los nombres de los diferentes tipos de diccionarios descritos por Haensch en el trabajo anteriormente citado:

Diccionario alfabético, diccionario analógico, diccionario bilingüe, diccionario conceptual, diccionario de abreviaturas, diccionario de americanismos, diccionario de anglicismos, diccionario de antónimos, diccionario de aprendizaje, diccionario de arcaísmos, diccionario de citas, diccionario de colocación, diccionario de colocaciones, diccionario de construcción y régimen, diccionario de crucigramistas, diccionario de dialectos, diccionario dialectal, diccionario de dichos, diccionario de dificultades, diccionario de dudas, diccionario de dudas y dificultades, diccionario de equivalentes, diccionario de estilo, diccionario de extranjerismos, diccionario de formación de palabras, diccionario de fraseología, diccionario de frecuencia, diccionario de galicismos, diccionario de jerga, diccionario jergal, diccionario de la lengua, diccionario de la rima, diccionario de rimas, diccionario de modismos, diccionario de neologismos, diccionario de normas (teóricas), diccionario de parónimos, diccionario de pronunciación, diccionario de refranes, diccionario de regionalismos, diccionario de rimas, diccionario de sinónimos, diccionario de traducción, diccionario de uso, diccionario de valencias (verbales), diccionario de voces extranjeras, diccionario definitorio, diccionario descriptivo, diccionario diacrónico, diccionario diafásico, diccionario dialectal, diccionario de dialecto, diccionario electrónico, diccionario enciclopédico, diccionario escolar, diccionario especializado, diccionario estadístico, diccionario etimológico, diccionario exhaustivo, diccionario fraseológico, diccionario general, diccionario gramatical, diccionario histórico, diccionario ideológico, diccionario inverso, diccionario monolingüe, diccionario multilingüe, diccionario normativo, diccionario onomasiológico, diccionario onomástico, diccionario ordenado por conceptos, diccionario ordenado por materias, diccionario ortoépico, diccionario ortográfico, diccionario para la correspondencia comercial, diccionario paradigmático, diccionario parcial, diccionario pictórico, diccionario plurilingüe, diccionario políglota, diccionario por conceptos, diccionario por la imagen, diccionario por materias, diccionario selectivo, diccionario semasiológico, diccionario sincrónico, diccionario sintáctico, diccionario sintagmático, diccionario sistemático, diccionario técnico, diccionario terminológico. (Cf. pp. 539-541).

2) En diccionario (V. supra), Martínez de Sousa (1995: 116) presenta una “clasificación de los diccionarios” hecha a base de “criterios”. En su artículo, además, de la definición de diccionario, incluye: 1. Historia (ya transcrita. V. supra); 2. Disposición de los materiales (2.1. Clasificación; 2.2. Descripción de un diccionario); 3. Partes del diccionario (3.1. Pliego de principios que incluye: Páginas de cortesía; Portadilla; Contraportada; Portada; Página de derechos; Presentación; Prólogo; Introducción, modo de empleo, plan de la obra, observaciones o normas generales; Lista de colaboradores; Lista de abreviaturas; 3.2. Cuerpo del diccionario que incluye: Organización de las letras del diccionario; Cortesía; Los artículos del diccionario; La ilustración; 3.3. Finales del diccionario que incluye: anexos, apéndices, correspondencia de las entradas en varios idiomas, si la obra las lleva; cronología, si la lleva; bibliografía, índice alfabético y otros aspectos; 4. El título del diccionario; 5. Diseño material del diccionario que incluye: formato, páginas y márgenes, número de columnas, la forma del párrafo, tipo y cuerpo de letra, artículo piloto y página modelo; 6. Bibliografía.

En definitiva, de acuerdo con Martínez de Sousa, existen diferentes tipos de diccionarios que se clasifican según los siguientes criterios:

1.- Criterio léxico

1.- diccionario semasiológico

           1.1.- diccionario general, diccionario universal

           1.2.- diccionario de lengua, diccionario lingüístico

                      1.2.1- diccionario descriptivo

                                 1.2.1.1.- diccionario de uso

                      1.2.2.- diccionario exhaustivo, diccionario integral

                      1.2.3.- diccionario selectivo, diccionario restrictivo, diccionario restringido

                                 1.2.3.1.- diccionario normativo, diccionario prescriptivo, diccionario preceptivo

                                            1.2.3.1.1.- diccionario académico

                                            1.2.3.1.2.- diccionario de autoridades

           1.3.- diccionario etimológico

           1.4.- diccionario histórico

           1.5.- diccionario cronológico

           1.6.- diccionario de sociolectos

                      1.6.1.- diccionario de jerga, diccionario de argot

                      1.6.2.- diccionario del lenguaje de las grandes ciudades

           1.7.- diccionario de arcaísmos

           1.8.- diccionario de neologismos

           1.9.- diccionario de equivalencias

           1.10.- diccionario de extranjerismos, diccionario de voces extranjeras

                      1.10.1.- diccionario de galicismos

                      1.10.2.- diccionario de anglicismos

           1.11.- diccionario dialectal, diccionario de dialectalismos

                      1.11.1.- diccionario de localismos

                      1.11.2.- diccionario de provincialismos

           1.12.- diccionario de regionalismos

                      1.12.1.- diccionario de americanismos

                      1.12.2.- diccionario de filipinismos

                      1.12.3.- diccionario de hispanismos

           1.13.- diccionario humorístico

2.- Criterio sintagmático

2.- diccionario sintagmático

           2.1.- diccionario sintáctico, diccionario de sintaxis

                      2.1.1.- diccionario de construcción y régimen

           2.2.- diccionario de colocaciones

           2.3.- diccionario de modismos

           2.4.- diccionario de refranes

           2.5.- diccionario de citas

           2.6.- diccionario de fraseología, diccionario fraseológico

                      2.6.1.- diccionario de frases célebres

3.- Criterio paradigmático

3.- diccionario paradigmático

           3.1.- diccionario onomasiológico, diccionario por conceptos, diccionario conceptual, diccionario por materias

                      3.1.1.- diccionario ideológico

           3.2.- diccionario de sinónimos

           3.3.- diccionario de antónimos

           3.4.- diccionario de homónimos

                      3.4.1.- diccionario de homógrafos

                      3.4.2.- diccionario de parónimos

           3.5.- diccionario inverso, diccionario de terminaciones

                      3.5.1.- diccionario de la rima

                      3.5.2.- diccionario de crucigramas

           3.6.- diccionario ideográfico

                      3.6.1.- diccionario por la imagen, diccionario pictórico, diccionario visual

                                 3.6.1.1.- diccionario de gestos

4.- Criterio terminológico

4.- diccionario monográfico, diccionario especializado

            4.1.- diccionario terminológico

                       4.1.1.- diccionario tecnológico

                       4.1.2.- diccionario tecnológico

                       4.1.3.- diccionario técnico, diccionario de tecnicismos

            4.2.- diccionario de abreviaciones

                       4.2.1.- diccionario de abreviaturas

                       4.2.2.- diccionario de acrónimos

                       4.2.3.- diccionario de siglas

                       4.2.4.- diccionario de símbolos

            4.3.- diccionario gramatical

                       4.3.1.- diccionario de dobletes

                       4.3.2.- diccionario de dudas

                       4.3.3.- diccionario de dificultades

                       4.3.4.- diccionario de incorrecciones

                                  4.3.4.1.- diccionario de barbarismos

                                  4.3.4.2.- diccionario de solecismos

                       4.3.5.- diccionario de estilo

                       4.3.6.- diccionario ortográfico

                       4.3.7.- diccionario de pronunciación, diccionario ortoépico

                       4.3.8.- diccionario de conjugación

                       4.3.9.- diccionario de frecuencia, diccionario estadístico

                       4.3.10.- diccionario de valencias verbales

            4.4.- diccionario onomástico

                       4.4.1.- diccionario de antropónimos, diccionario de nombres de personas

                       4.4.2.- diccionario de topónimos

                       4.4.3.- diccionario geográfico

                       4.4.4.- diccionario de gentilicios

                       4.4.5.- diccionario de epónimos

5. Criterio enciclopédico

5.- diccionario de cosas

            5.1.- diccionario enciclopédico, diccionario de materias

                       5.1.1.- diccionario enciclopédico regional

6.- Otras clasificaciones

           6.1.- Historia

                      6.1.1.- diccionario diacrónico

                       6.1.2.- diccionario sincrónico

           6.2.- Lengua

                      6.2.1.- diccionario monolingüe, diccionario homogloso, diccionario unilingüe

                      6.2.2.- diccionario plurilingüe, diccionario heterogloso, diccionario plurilingüe

                                 6.2.2.1.- diccionario bilingüe

                      6.2.2.2.- diccionario multilingüe, diccionario poligloto

           6.3.- Presentación y ordenación de los materiales

                      6.3.1.- diccionario cifrador, diccionario codificador

                      6.3.2.- diccionario descifrador, diccionario descodificador

                      6.3.3.- diccionarios transcodificador

                      6.3.4.- diccionario inductivo

                      6.3.5.- diccionario deductivo

                      6.3.6.- diccionario acumulativo, diccionario amplificador

                      6.3.7.- diccionario diferenciador

                      6.3.8.- diccionario alfabético

                      6.3.9.- diccionario analógico

                      6.3.10.- diccionario sistemático

           6.4.- Formas satélites

                      6.4.1.- diccionario abreviado, diccionario compendiado

                      6.4.2.- diccionario básico, diccionario elemental, diccionario esencial, diccionario fundamental

                      6.4.3.- diccionario escolar

                      6.4.4.- diccionario estudiantil

                      6.4.5.- diccionario ilustrado

                      6.4.6.- diccionario infantil

                      6.4.7.- diccionario inicial

                      6.4.8.- diccionario junior

                      6.4.9.- diccionario pequeño

           6.5.- Modalidades de edición

                      6.5.1.- diccionario actual

                      6.5.2.- diccionario actualizado

                      6.5.3.- diccionario moderno

                      6.5.4.- diccionario práctico

                      6.5.5.- diccionario razonado

                      6.5.6.- diccionario auxiliar

           6.6.- Extensión y formato

                      6.6.1.- diccionario breve, diccionario conciso

                      6.6.2.- diccionario grande (gran diccionario)

                      6.6.3.- diccionario pequeño

                      6.6.4.- diccionario práctico

                      6.6.5.- diccionario razonado

                      6.6.6.- diccionario auxiliar

           6.7.- Publicación

                      6.7.1.- diccionario en entregas, diccionario por entregas, diccionario en fascículos, diccionario por fascículos.

                      6.7.2.- diccionario en soporte magnético

                                 6.7.2.1.- diccionario informático

3) En el Capítulo II de Pensar y hacer el Diccionario, a continuación del punto anteriormente transcrito titulado “Diccionario y tipología”, Francisco Javier Pérez (2005: 25-31) describe brevemente las ideas esenciales relacionadas con: “Diccionarios de la lengua”, “Diccionario histórico y diccionario de uso”, “Diccionario etimológico”, “Diccionario de raíces”, “Diccionario dialectal”, “Diccionario de extranjerismos”, “Diccionario de argot”, “Diccionario terminológico”, “Diccionario enciclopédico”, “Diccionario ilustrado, visual, de símbolos gráficos y de señas”, “Diccionario de siglas y abreviaturas”, “Diccionario de frecuencias”, “Diccionario electrónico” y “Diccionario de Internet”. Además, de esta misma índole, en este mismo capítulo, incluye sendas consideraciones sobre “Thesaurus y Mitrídates”, “Atlas” y una “enumeración tipológica y conclusión”.

4) También en Haensch y Omeñaca (2004: 51-327), en el Capítulo 3 “que constituye la parte principal del libro, se caracterizan y se comentan los diferentes tipos de obras lexicográficas del español” y en 3.5.3. (pp. 311-316) y 3.5.4 (pp. 327) se estudian, respectivamente, “La nueva lexicografía del español de América” y “La lexicografía del español en los distintos países hispanoamericanos”. En relación con Venezuela (pp. 322-323), sólo se incluyen las referencias bibliográficas de Lisandro Alvarado (Glosario del bajo español de Venezuela y Obras completas), Rocío Núñez y Francisco Javier Pérez (Diccionario del habla actual de Venezuela. Venezolanismos, voces indígenas, nuevas acepciones), Francisco Tamayo (Léxico popular venezolano) y María Josefina Tejera (Diccionario de venezolanismos). A esta información, sin duda incompleta, se le agrega una nota que textualmente dice: “Sobre lexicografía del español de Venezuela, véanse Arconada (1988), Núñez (1993), Pérez (1993a y 1993b) y Tejera (1987 y 1988)”. Los trabajos a los que se nos remite a través de esta cita son:

  • Arconada de Jouvenot, María / Yves Jouvenot. 1988. Hacia un diccionario venezolano. Maracaibo. Universidad del Zulia.
  • Núñez, Rocío. 1993, “Diccionario del habla actual de Venezuela”. Boletín Universitario de Letras. Caracas, Vol. I.
  • Pérez, Francisco Javier.1993a “Para una historia de la metalexicografía en Venezuela”. Boletín Universitario de Letras. Caracas. Vol. I.
  • Pérez, Francisco Javier. “Cinco siglos de lexicografía del español en Venezuela”. Revista Montalbán. N° 24. Caracas.
  • Tejera, María Josefina. 1987. “Los testimonios como elementos básicos del Diccionario de venezolanismos”. Thesaurus. T. XLII. Bogotá.
  • Tejera, María Josefina. 1988. “Rosenblat y una historia de diccionario”. Cultura Universitaria. N° 109,

Con esta observación concluimos esta Carpeta segmentada en diccionario (1) y diccionario (2) que cerraremos con la transcripción de dos párrafos tomados del libro de Haensch y Omeñaca anteriormente citado, cuya primera edición es de 1997. Al final de la transcripción, incluiremos algunas referencias bibliográficas nuestras relacionadas con lo que en ambos párrafos se expone y con las fuentes de estudio de la lexicología, la lexicografía y la metalexicografía en Venezuela. Tres de estas referencias preceden a la primera edición y las dos restantes a la segunda de este trabajo de Haensch y Omeñaca en el que ellos afirman:

La lexicografía nació y se fue desarrollando en un ámbito precientífico de una manera empírica, rutinaria, sin una teoría lingüística coherente que pudiera servirle de base, desarrollando sus métodos y sus técnicas, por así decirlo, “sobre la marcha”. Si damos un salto adelante hasta hoy podemos anticipar que, a pesar de ello, los diccionarios han desarrollado bastante bien sus métodos, pero en el siglo XXI, con la lingüística moderna y la metalexicografía como telón de fondo, tenemos que exigirles, por fuerza, algo más a las obras lexicográficas.

Hay que señalar también que la lexicografía ha estado mucho tiempo sometida a una serie de influencias extralingüísticas: corrientes ideológicas, censura política y eclesiástica, orientaciones de la filología, cánones socioculturales de cada época, como lo eran el puritanismo o el purismo lingüístico, e inclusive a gustos y modas, de modo que los diccionarios no han reflejado siempre fielmente la realidad de la lengua. Para juzgar las obras lexicográficas de cualquier período histórico y de cualquier lengua, debemos tener en cuenta estas restricciones y seguir su trayectoria laboriosa desde los comienzos hasta hoy. (Cf. p. 20).

            Las referencias bibliográficas a las que remitimos son:

  • 1991. La Venezuela afásica del Diccionario académico. Caracas: Editorial Grano de Oro; 110 p.
  • 1995. Lexicología y Lexicografía en Venezuela. Fuentes para su estudio. Caracas: La Casa de Bello; 336 p.
  • 1996. Lexicología y Lexicografía en Venezuela. Adenda 95. Caracas: Ediciones Asociación Apureños en Caracas; 90 p.
  • 2000. La Venezuela absurda del DRAE-92. Caracas: Fondo Editorial Humanidades; 168 p.
  • 2002. Lexicología y Lexicografía en Venezuela. Adenda 96. Caracas: Casa Nacional de las Letras Andrés Bello, Cátedra Andrés Bello de Estudios Lingüísticos; 159 p.
María Elena Walsh – Vals del Diccionario

_______________

*Compilación léxica introductoria a la semántica. (Inédito)

Además de las definiciones tomadas del Diccionario de lengua española de la Real Academia (DLE – RAE), en esta Compilación se incluyen informaciones provenientes de:

  • DL – TL: Diccionario de Lingüística. Theodor Lewandowski.
  • DLF – DC: Diccionario de lingüística y fonética. David Crystal.
  • DLP – JMS: Diccionario de Lexicografía práctica.  José Martínez de Sousa.
    • DRCTL – AM y JF: Diccionario de retórica, crítica y terminología literaria. Angelo Marchese, y Joaquín Forradellas.
  • LSGA – MB y EW: La semiótica. Guía alfabética. Max Bense y Elisabeth Walther.

También se utilizan la abreviaturas INF. COMPL. (Información complementaria) y OBS. (Observaciones).

Las demás citas hechas en estos dos artículos proceden de:

  • Bohórquez C., Jesús Gútemberg. 1984. Concepto de ‘americanismo’ en la historia del español. Punto de vista lexicológico y lexicográfico. Bogotá: Caro y Cuervo; 169 p
  • ; Lothar Wolf, Stefan Ettinger y Reinhold Werner. 1982. La lexicografía. De la lingüística teórica a la lexicografía práctica. Madrid: Gredos; 563 p.
  • Haensch, Günther y Carlos Omeñaca. 2004. Los diccionarios del español en el siglo XXI. 2ª ed. Salamanca: Ediciones Universidad Salamanca; 398 p.
  • Pérez, Francisco Javier. 2005. Pensar y hacer el Diccionario. Caracas: Los Libros de El Nacional; 124 p.
  • Porto Dapena, José Álvaro. 2002. Manual de técnica lexicográfica. Madrid: Arco Libros; 367 p.

En términos generales, esta Compilación es un macro texto contentivo del conjunto léxico, de las lecturas, observaciones y comentarios utilizados o hechos, con mayor o menor frecuencia, con mayor o menor amplitud, en las clases que dictamos durante varios años en posgrados de Lingüística y Lexicografía. De hecho, está dedicado a Milexis Aguilar, Yeraldine Colina, José Gabriel Figuera, Julio González, Brayan Hernández, Andrea Peña, Anny Gabriella Perales,  Adriana Quintana y Mayerlin Roa con quienes compartimos nuestras actividades docentes y de investigación en el Posgrado de Lingüística del Instituto Pedagógico de Caracas, durante el lapso comprendido entre 2016 y 2017.

En cada artículo, hay un lema que, como se dice en algunas hablas deportivas, es la cabeza de serie, el eje del artículo. A dicho lema, lo acompañan una o más unidades léxicas que, en conjunto, por afinidad temática, se integran al artículo. En este caso, en atención a la pauta estructural del proyecto, al lemario así constituido lo preceden dos índices. El primero es un Índice de los lemas “cabezas de serie” y de los demás elementos que forman parte de cada artículo. El segundo es el Índice general de voces con sus respectivas remisiones. Al final, se incluye la Bibliografía citada.

Si nos atenemos a la definición académica de compilar (“Allegar o reunir en un solo cuerpo de obra, partes, extractos o materias de otros varios libros o documentos”) este texto viene a ser, en efecto, una compilación. Sin embargo, desde la perspectiva del holismo, con su “concepción de cada realidad como un todo distinto de la suma de las partes que lo componen”, el texto, sin dejar de ser una compilación, deviene en algo que es, precisamente, un “todo distinto a la suma de las partes”.

ECV/.-

Tb. / Qc.

21/03/2021

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