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LA LEYENDA DE GOTTFRIED KNOCHE – Edgar Colmenares del Valle

LA LEYENDA DE GOTTFRIED KNOCHE

La Leyenda de Gottfried Knoche

Nuestra vida se basa en la muerte de otros. [spacer height=»5px» id=»4″]Leonardo da Vinci.

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                        Hoy, en el espacio de nuestros diálogos de leyenda, transcribiremos en español y en alemán la semblanza biográfica de Gottfried Knoche que escribimos en nuestro libro Con tres alemanes agua abajo por el Apure. (Caracas: Makler, 2015; pp. 74-75). La traducción al alemán fue hecha por Jessica Schulz. Previamente, haremos una presentación de este peculiar personaje que, a medida que el tiempo ha ido avanzando, se ha ganado un puesto en el mundo de lo insólito y, simultáneamente, en la historia de la Medicina en Venezuela. Finalmente, presentaremos una relación web-bibliográfica acerca de este controversial personaje.

 

            A propósito de este libro, el poeta, narrador y crítico literario Alberto Hernández escribió:

          En esta investigación, Colmenares del Valle incorpora una larga lista de personajes alemanes yde otras nacionalidades que se encargaron de estudiar la geografía, la topografía, el clima y otros accidentes del trópico, desconocidos por los europeos.

            Además, anexa imágenes de libros como el de fray Jacinto de Carvajal, Descubriendo el río Apure. Retratos y fotografías de Ambrosio Alfinger, Nicolás Federmann, Philipp von Hutten, Ferdinand Bellermann, Anton Goering, Gottffried Knoche, Wilhem Sievers, Ernst, Codazzi, Päl Rosti, Henri Pittier, entre otros. La portada de la Historia de la conquista y población de la Provinciade Venezuela, de José de Oviedo y Baños. La descripción exacta de la Provincia de Venezuela, de D. Joseph Luis de Cisneros. Paisajes, imágenes varias. El trópico. Igualmente, textos de Sachs sobre su aventura venezolana. Su travesía fluvial por nuestro país. La descripción de lo que veía, lo que sus ojos descubrían y convertían en asombro.Se trata pues de un libro para adentrarse con calma en la fronda de un país dueño de un río por el que navegaron unos hombres que no han terminado de irse. Un bello tratado que nos lleva hacia una Venezuela poco conocida por muchos nacidos aquí que hoy dicen conocerla. Un libro en el que nos descubrimos. Nos vemos a través de los ojos de estos personajes que hoy son parte de nuestra nacionalidad.

(Cf. https://letralia.com/ciudad-letralia/cronicas-del-olvido/2016/02/15/con-tres-alemanes -agua-abajo-por-el-apure-mit-d rei-deutschen-den-apure-flussabwarts/).

            Uno de estos personajes es, precisamente, el protagonista de lo que puede considerarse como una leyenda contemporánea y, además, como una leyenda urbana en la que desde una situación real se creó una historia que, paso a paso, fue vinculándose con otros escenarios que pertenecen al mundo de la ciencia ficción.

                  Gottfried Knoche, tal como veremos en nuestra semblanza, fue, en efecto, un médico de origen alemán que trabajó arduamente durante muchos años en el hospital de Puerto Cabello y en el hospital San Juan de Dios en la Guaira. Es ampliamente reconocido en diferentes sectores por ser el creador de una sustancia para embalsamar cadáveres cuya fórmula aún permanece en el misterio. De esta praxis como embalsamador, del hecho de embalsamar y conservar los cadáveres en mausoleos privados en su hacienda y de la utilización de algunos cadáveres de seres humanos y de animales como guardianes de ciertos espacios, le surgió la aureola necesaria para que en la mentalidad popular se convirtiera en un émulo del Dr. Frankestein para unos y en un Drácula para otros que lo identifican como el Vampiro de Galipán. A él, entre otros, se le atribuye la momificación de Tomás Lander, Francisco Linares Alcántara y José Tadeo Monagas, quienes se cuentan entre los protagonistas de la vida pública en la Venezuela del siglo XIX. Así se hizo leyenda. Y la leyenda fue consagrándose en el imaginario colectivo a través de toda una serie de documentales, videos, entrevistas, canciones, comics, libros, conferencias y otros medios cuyo eje temático es Knoche, su fórmula y las peripecias de quienes la buscan. En tal búsqueda se llegó al extremo de profanar los mausoleos y de saquear la hacienda que Knoche había convertido en vivienda y panteón familiares y, seguramente, en el laboratorio donde producía su pócima para embalsamar. Todo macabramente vigilado.

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GOTTFRIED KNOCHE

(Con tres alemanes agua abajo por el Apure.[spacer height=»5px» id=»4″] Caracas: Makler, 2015; pp. 74-75).

                Mención aparte, como colofón de este recuento merece otro viajero alemán, médico, graduado en la Universidad de Freiburgo en 1837, que se radicó primero en Puerto Cabello y después, en 1840, en La Guaira. En el ejercicio de su profesión, sobresalió como cirujano y laboratorista químico. En 1845 revalidó su título en la Universidad Central de Venezuela. Es uno de los cofundadores del hospital San Juan de Dios de La Guaira y se destacó en la lucha contra la epidemia de cólera que se desencadenó en la región los años 1855 y 1856. En 1865, siendo médico de la Sanidad de La Guaira, renunció a su cargo y se retiró a vivir en un paraje solitario, la hacienda Buena Vista, llamada también Bella Vista en algunas fuentes, en el Ávila, cerca del llamado Picacho de Galipán al cual se accede por Punta de Mulatos. Ahí construyó una casa similar a las de la Selva Negra alemana. En ella, instaló un laboratorio donde comenzó a aplicar un procedimiento ideado por él para conservar cadáveres. Para ello, utilizaba cadáveres comprados en la morgue del San Juan de Dios. Construyó un mausoleo donde enterró los cuerpos embalsamados de su hermano Wilhelm, de sus hijos Oswaldo y Anna y el del esposo de su hija, Henrich Müller. En sus actividades tenía como asistentes a las hermanas Amalie y Josephine Weissman, de quienes supuestamente era primo. Su esposa regresó a Alemania y, hasta el presente, se desconoce cuál fue su paradero, En 1845, embalsamó el cadáver de Tomás Lander quien fue, además de periodista, político de dilatada trayectoria y uno de los propagadores del pensamiento liberal en Venezuela. Su momia, sentada frente al escritorio de su estudio en Caracas, permaneció ahí, como si fuera a escribir, casi cincuenta años, hasta que en 1884 fue trasladada al Panteón Nacional. También embalsamó el cadáver del General Francisco Linares Alcántara quien fuera Presidente de la República (1877-1878) y falleció en La Guaira el 30 de noviembre de 1878. Se dice que momificó hasta a sus perros y los dejó como guardianes de la puerta del mausoleo y en la de su casa colocó la momia de un soldado de la Federación.

                  Este misterioso y enigmático personaje, de quien se cuentan historias macabras y a quien la superstición popular convirtió en la versión venezolana del Dr. Frankenstein, se llamó Gottfried Knoche. Nació en Halberstadt el 17 de marzo de 1813. Falleció en su residencia en el Ávila el 2 de enero de 1901. Knoche dispuso que su enfermera y ama de llaves, Amalie, lo momificara y, para tal efecto, dejó preparada la dosis del suero momificador creado por él mismo cuya composición exacta nunca fue descubierta. Una vez muerto Knoche, Amalie se hizo cargo de Buena Vista y le sobrevivió hasta 1926. Se cuenta que ella deseaba ser cremada y que arrojaran sus cenizas al mar. Sin embargo, al morir, el cónsul alemán de ese entonces, Julius Lesse, en compañía de Carlos Enrique Reverón, subió a Buena Vista y la momificaron aplicándole una dosis que Knoche había preparado para ella veinte años atrás. También se cuenta que, de inmediato, Lesse y Reverón cerraron el mausoleo y arrojaron las llaves al mar.

                   Al morir Amalie, la hacienda quedó abandonada y la vegetación la fue cubriendo progresivamente. Con el tiempo, ha sido saqueada en diferentes oportunidades por buscadores de tesoros e, inclusive, por estudiantes de medicina que sueñan con descubrir el secreto del líquido momificador descubierto por el Dr. Knoche. Algunas de las momias fueron robadas y otras sepultadas por disposición del Ministerio de Sanidad en 1959. En definitiva, toda esta historia, cual saga fílmica que recrea un mito contemporáneo, ha motivado una ya significativa bibliografía en forma de artículos, ensayos, relatos, libros, comics y hasta documentales cinematográficos como el hecho por The History Channel cuyas referencias se pueden consultar en diferentes páginas de Internet. Hoy, el Dr. Knoche tiene hasta una canción, de heavy metal, que le dedicó Paul Gillman en su álbum El regreso del guerrero (1990). También tiene, en algún lugar del Ávila, su apellido convertido en topónimo castellanizado como canoche. La leyenda, repetimos, cual historia fílmica contemporánea, continuará y en ella el alemán llamado Gottfried Knoche vivirá para siempre.

FUENTE:

https://www.pressdek.com/la-leyenda-del-dr-gotffried-knoche-y-sus-momias-3915#seguir_leyendo

GOTTFRIED KNOCHE

(Übersetzt aus dem venezolanischen Spanisch von JESSICA SCHULZ).

https://www.youtube.com/watch?v=7bHNsN47zeE

Dr. Knoche – Rock.[spacer height=»1px» id=»5″]Intérprete: Paul Gillman[spacer height=»1px» id=»5″]Narrador: Porfirio Torres

             Frente a esta verdadera historia convertida en leyenda, es imprescindible acotar que su protagonista, hasta donde tenemos entendido, no es una presencia maligna activa producto de un pacto diabólico o de una sanción divina por algún pecado cometido. No se cuenta, repito, hasta donde sabemos, que Knoche salga al modo de la Sayona, de la Llorona o de cualquier otro espanto en búsqueda de las víctimas que va a sacrificar o a aterrar a fin de cumplir la sentencia que les fue impuesta como un castigo eterno. En su biografía, Knoche no tiene los antecedentes característicos de los otros personajes de leyenda que pertenecen al mundo de los muertos y de los espíritus, es decir, al inframundo. Que se sepa, hasta ahora, no se ha reportado que su espectro salga en determinado momento del día o de la noche a embalsamar y, en consecuencia, a castigar un marido infiel, una mujer adúltera, un hijo desobediente y, en fin, a cualquier pecador que merezca un castigo de esta naturaleza.

                A continuación, a fin de recrear la aureola de personaje enigmático y hasta diabólico que rodea al Dr. Knoche y, además, con el propósito de ilustrar la atención que su historia personal y su fórmula secreta para embalsamar han recibido en los diferentes medios de expresión, vamos a consignar una muestra de su vasto repertorio web-bibliográfico y, entre ellas, comentaremos las tres primeras y la última:

01.- Gottfried Knoche [spacer height=»1px» id=»5″] https://es.wikipedia.org/wiki/Gottfried_Knoche [spacer height=»1px» id=»5″] 1.- Biografía  [spacer height=»1px» id=»5″] 2.- Knoche y sus momias[spacer height=»1px» id=»5″] 3.- Finca Buena Vista [spacer height=»1px» id=»5″] 4.- Mausoleo [spacer height=»1px» id=»5″] 5.- Referencias [spacer height=»1px» id=»5″] 6.- Bibliografía

02.- La figura de Gottfried Knoche (1813-1901) en su verdadera dimensión histórica [spacer height=»1px» id=»5″] https://revista.svhm.org.ve/ediciones/2016/2/art-13/ [spacer height=»1px» id=»5″] Andrés Soyano y Aixa Müller [spacer height=»1px» id=»5″] Revista de la Sociedad Venezolana de Historia de la Medicina. [spacer height=»1px» id=»5″] Volumen 65, No. 2, Año 2016.

03.- Cartas de lectores. Al Doctor Luis Herrera García (Director de la Revista de la SVHM) [spacer height=»1px» id=»5″] Inaut Laidera Collin [spacer height=»1px» id=»5″] https://revista.svhm.org.ve/ediciones/2017/1-2/art-14/ [spacer height=»1px» id=»5″]Revista de la Sociedad Venezolana de Historia de la Medicina. [spacer height=»1px» id=»5″] Volumen 66, No. 1-2, Año 2017 

04.- Mausoleo del Dr. Knoche – Documental [spacer height=»1px» id=»5″] https://www.youtube.com/watch?v=Ec2a56RW89M [spacer height=»1px» id=»5″]Reinaldo Guerrero

05.- Tras la leyenda del Dr. Knoche: El Frankenstein del Caribe [spacer height=»1px» id=»5″]https://www.youtube.com/watch?v=FQQJSmVWfpo [spacer height=»1px» id=»5″]Tu Zona Caracas.

06.- El doctor Knoche: El momificador de Venezuela que superó a los egipcios. [spacer height=»1px» id=»5″] https://actualidad.rt.com/actualidad/256745-doctor-knoche-momificador-venezuela-supero-egipto [spacer height=»1px» id=»5″]Ernesto J. Navarro

07.- Mausoleo Doctor Knoche [spacer height=»1px» id=»5″] https://denissantana.tripod.com/galipan/knoche.html [spacer height=»1px» id=»5″]Lourdes Denis Santana

08.- Nuestro Insólito Universo: El doctor Knoche. [spacer height=»1px» id=»5″] https://www.youtube.com/watch?v=nWM7tIu4Mwk&t=3s [spacer height=»1px» id=»5″]Rafael Silva y Porfirio Torres

09.- Nuestro Insólito Universo: El doctor Knoche. Parte 2. [spacer height=»1px» id=»5″] https://www.youtube.com/watch?v=f-ycFw5M0K8&t=1s [spacer height=»1px» id=»5″]Rafael Silva y Porfirio Torres

10.- Las momias de El Ávila [spacer height=»1px» id=»5″] https://es.slideshare.net/graphic.artist/dr-knoche

11.- La maldición De Knoche (Película de terror venezolana) [spacer height=»1px» id=»5″] https://www.youtube.com/watch?v=cG8p9AMueHo [spacer height=»1px» id=»5″] https://www.youtube.com/watch?v=wIheuo4YRv8 [spacer height=»1px» id=»5″] Dirigida por Eduardo A. Rivas [spacer height=»1px» id=»5″] Actriz: Génesis Parra

12.- El doctor Gottfried Knoche: Médico y momificador alemán en la Venezuela del siglo XIX. [spacer height=»1px» id=»5″] Andrés Soyano y Aixa Müller.

           A continuación, de la primera de estas referencias, transcribimos un fragmento en el que se precisan algunos detalles del llamado Mausoleo Knoche y, además, se identifican las personas momificadas que, en algún momento, ahí reposaron:

           Dentro del mausoleo, dos terceras partes del espacio están ocupadas por los seis sarcófagos de cemento, con un pequeño pasillo para los visitantes. Las dimensiones de dichos nichos son 2.10 x 0.70 x 0.75 metros puestos en fila y cuyas tres cuartas partes de sus dimensiones estaban cubiertas de mármol de 3 cm de espesor y una cuarta parte de vidrio reforzado con malla metálica para que se pudiera ver a través de él a cada una de las momias. También existían antiguamente seis lápidas de mármol que contenían los nombres de la familia Knoche y que fueron destruidas por vándalos y reconstruidas de nuevo, aunque existen varias fotografías antiguas donde se ven dichas inscripciones. El orden que reposan los nichos según indicó Amalie Weismann a Eduardo Rosswaag el 2 de septiembre de 1923:

• Anna Knoche de Muller (hija de Knoche): Geb. d 10 de mayo de 1840; Gest. d 23 de enero de 1879[spacer height=»1px» id=»5″]• Heinrich Muller (esposo de Anna): Geb. d 2 de noviembre de 1822; Gest. 7 de abril de 1881[spacer height=»1px» id=»5″]• Wilhelm Knoche (hermano de Knoche): Geb. d 17 de septiembre de 1817; Gest. 7 de septiembre de 1874[spacer height=»1px» id=»5″]• Josephine Weissmann (enfermera y hermana de Amalie): Geb. d 29 de junio de 1830[spacer height=»1px» id=»5″]• Amalie Weissmann (enfermera y ayudante de Knoche): Geb. d 2 de febrero de 1926[spacer height=»1px» id=»5″]• Gottfried Knoche: Geb. d 17 de marzo de 1813; Gest. 2 de enero de 1901

               Las abreviaciones Geb. y Gest. significan en alemán: «Nació» y «Murió» respectivamente. Luego de más de 50 años de abandono, vandalismo y saqueo de las momias, el mausoleo fue restaurado en 2009 por un grupo liderado por el profesor Jesús Burgos, y actualmente se encuentran seis réplicas de momias en el lugar donde reposaban hace muchos años las momias originales. La restauración incluyó la reposición de las lápidas con los nombres de las seis momias, así como la reposición de una puerta de metal debido a que la anterior estaba completamente inservible.

                Dos de las otras tres referencias que utilizaremos (02 y 12) fueron escritas por Andrés Soyano y Aixa Müller y la otra, que es la tercera en nuestro listado, por Inaut Laidera Collin. El primero de los trabajos de Soyano y Müller, médicos ambos, es una conferencia dictada en la Sociedad Venezolana de Historia de la Medicina y, posteriormente, publicada en la Revista de dicha Sociedad y en Internet. El contenido de esta conferencia se resume, según sus autores, en estos términos:

La figura del médico prusiano Gottfried Knoche ha adquirido dimensiones míticas y legendarias. Su experticia y afición en el arte y ciencia de embalsamar, la creación de momias y su reclusión en sus posesiones en las alturas cercanas al picacho de Galipán, en la ladera norte de la cordillera de la costa, lo han hecho objeto de numerosas especulaciones y conjeturas, tildándolo inmerecidamente de brujo, nigromante o hechicero. Knoche nació en Halberstadt (actual provincia de Sajonia-Anhalt, Alemania) el 17 de marzo de 1813. Recibió el título de médico de la Universidad de Halle-Wittenberg en 1845, tras lo cual migró a Venezuela, donde ejerció su profesión en la ciudad portuaria de La Guaira por más de 50 años. Además del ejercicio privado de su profesión, laboró en el Hospital San Juan de Dios de esa misma ciudad. Participó activamente en el control de la epidemia de cólera de 1855. También se desempeñó como profesor de latín en el Colegio de la Confraternidad y como vicecónsul del Brasil. A mediados de la década de 1850 compró la finca “Buena Vista” en la zona de Galipán, donde murió el 2 de enero de 1901.

                 En esta conferencia, en la que al final se consignan 47 referencias bibliográficas, se exponen los siguientes puntos:

• Nacimiento en Halberstadt.[spacer height=»1px» id=»5″]• Estudios en Halberstadt y Halle (Sajonia, Prusia)[spacer height=»1px» id=»5″]• Estado de la Medicina en Venezuela en el s. XIX[spacer height=»1px» id=»5″]• Epidemia de cólera en La Guaira[spacer height=»1px» id=»5″]• Otras actividades en La Guaira[spacer height=»1px» id=»5″]• La Hacienda “Buena Vista”[spacer height=»1px» id=»5″]• El mausoleo de la familia Knoche[spacer height=»1px» id=»5″]• Afición por el embalsamamiento.[spacer height=»1px» id=»5″]• Reclusión y muerte en Buena Vista.[spacer height=»1px» id=»5″]Buena Vista” hoy.

              En el penúltimo punto de este trabajo (“Reclusión y muerte en Buena Vista”) se recoge el testimonio que la escritora Elizabeth Gross, quien visitó la finca de Knoche a comienzos de la década 1890, dejó en su libro Vida alemana en la lejanía. Una sencilla narración sobre la vida de familias alemanas en Maracaibo y sus alrededores entre los años 1883 y 1896 (Maracaibo: Asociación Humboldt, 1989. pág. 55). En dicha obra, Gross escribió:

Es un señor bastante extraño. Arriba en su jardín tiene una tumba con su lápida, en la cual reza lo siguiente: “Aquí yace el doctor Knoche, nacido en tal y tal día y año —que yo no recuerdo— y fallecido…”, esta última fecha está en blanco. Él se sienta allí con dos hermanas que viven con él y deja correr la imaginación acerca de lo bonito que será cuando él descanse allí. … Luego me tomó paternalmente del brazo, me condujo a su estudio y me dijo: “Ahora no se asuste, yo tengo aquí algunos muertos con quienes convivo”. Y allí estaban un hombre y una mujer, una niña y un trabajador, con su pipa en la boca, completamente vestidos pero… eran cadáveres. … Ellos se habían ofrecido cuando estaban aún con vida, para que al morir fuesen recubiertos con una sustancia inventada por el doctor Knoche. Así quiere él conservarlos para la humanidad, pero no revelará el secreto de cómo hacerlo, sino después de su muerte. Los cadáveres me miraban tan tiernamente con sus ojos de vidrio, que parecía como si estuvieran vivos. No estaban encogidos, como las momias, sino bastante rellenitos. Solamente sus barrigas estaban vacías pues, según me contó, él había sacado las vísceras… Él tenía además una cantidad de envases con niños conservados en alcohol y otras cosas horribles en ese cuarto”.

              Y en el punto final de su exposición (“Buena Vista hoy”), Soyano y Müller, a manera de conclusión, afirman:

Después de la muerte de Amalia Weimann, el sepulcro, panteón o mausoleo Knoche fue profanado y desaparecieron los restos embalsamados y hasta las lápidas con las inscripciones fueron destrozadas. Igualmente, la casa sufrió los efectos del vandalismo de los buscadores de tesoros o entierros o de personas dedicadas al ocultismo, la santería o a las prácticas de la magia negra. Sólo se conserva de Knoche el recuerdo de un extraño y misterioso personaje, convertido en figura legendaria.

               Motivada en este trabajo de Soyano y Müller publicado, como ya dijimos, en la Revista de la Sociedad Venezolana de Historia de la Medicina (Volumen 65, No. 2, Año 2016), el Licenciado Inaut Laidera Collin dirigió una carta al Director de dicha Revista. En ella, divulgada en el volumen siguiente de la mencionada revista, Laidera Collin, expone que:

En dicho artículo he encontrado imprecisiones, que con toda seguridad, son producto de lecturas, en importantes diarios del país. He leído dichos materiales y puedo afirmar con propiedad, que contienen escasos datos, varios de ellos improvisados, a juzgar por el contenido de documentos que poseo, sobre el científico prusiano, entre ellos su testamento personal. Doy a conocer la información real relacionada con dichas imprecisiones, en aras de ubicarlas en su verdadero contexto histórico. El doctor Knoche:

1.- Sus padres fueron Teophil Knoche y Dorothea Bodensteins. Llega a Venezuela por Puerto Cabello el año de 1839. Se ignora si temporalmente, ya que un año después, se le ubica en La Guaira, con su familia; según registros sobre inmigrados alemanes de ambos años, de la Secretaría de Interior y Justicia, publicados tiempo después por el Ministerio de Fomento.

2.- Revalida su título de Médico Cirujano y se le otorga el de Doctor en Ciencias Médicas, por la Universidad Central, el 2 de julio de 1845, según registros en el Archivo Histórico UCV. Fue obligado a revalidar por presiones de la sociedad médica, ya que ejercía ilegalmente la Medicina, en La Guaira.

3.- Compra el fundo Buena Vista al señor Alejo Hernández, el 24 de marzo de 1849. A esa posesión añade nuevas parcelas, compradas el 6 de junio de 1855 a María Eraso de Castillo; el 19 de octubre de 1857 a María Castillo de Landa; el 31 de marzo de 1858 a Juan A. Gautier; el 7 de enero de 1876 a Wenceslao Durán y el 10 de enero de 1876 a Pablo Pineda.

4.- José Manuel Torres era jefe político del puerto guaireño, no especifican los registros que fuera médico, Domingo A. Sierra, era Médico Inspector del puerto de La Guaira. Ambos asumieron el caso de cuarentena por viruela de la fragata La Clemence, que trajo a los expedicionarios que ocuparían la Colonia Tovar en 1843.

5.- Las asistentes del doctor Knoche eran las hermanas Josepha y Amalie Weiman, pasajeras de la fragata La Clemence, quienes viajaban junto con su padre y cuatro hermanos, conducidos por Agustín Codazzi. En las lapidas de las tumbas que se encuentran cerca de la casona, donde reposan los cadáveres de dichas hermanas, erradamente se colocó el nombre de Josephine, durante la última remodelación, siendo Josepha su nombre verdadero.

6.- Los esposos Henrique Muller y Anna Knoche, procrearon cuatro hijos a saber: Gustavo, Hermann, Luisa y Henrique Muller Knoche. Huérfanos de padre y madre a partir de 1879, fueron enviados por su abuelo materno a Alemania para ser educados.

Los datos antes expuestos fueron tomados del testamento del doctor Knoche, el cual registró, poco antes de morir.

               Soyano y Müller también son autores de un extenso e interesante trabajo titulado El doctor Gottfried Knoche: Médico y momificador alemán en la Venezuela del siglo XIX. Es la última de las referencias (12) que dimos en páginas precedentes. En dicho trabajo, sus autores desarrollan los siguientes temas:

Cap. I.- UN FANTASMA EN LA MONTAÑA

Cap. II.- GOTTFRIED KNOCHE EN PRUSIA[spacer height=»1px» id=»5″]Alemania: La madre patria de Knoche[spacer height=»1px» id=»5″]La familia Knoche de Halberstadt[spacer height=»1px» id=»5″]Estudios en Halberstadt y Halle

Cap. III.- VIAJE Y ESTABLECIMIENTO EN VENEZUELA[spacer height=»1px» id=»5″]Alemanes en La Guaira

Cap. IV.- VENEZUELA EN LA ÉPOCA DE KNOCHE

Cap. V.- LA MEDICINA EN EUROPA Y EN VENEZUELA EN EL S. XIX [spacer height=»1px» id=»5″]A.- En Europa[spacer height=»1px» id=»5″]B.- En Venezuela

Cap. VI.- KNOCHE EN VENEZUELA[spacer height=»1px» id=»5″]1.- Ejercicio profesional privado[spacer height=»1px» id=»5″]2.- El Hospital de San Juan de Dios[spacer height=»1px» id=»5″]3.- Epidemia de cólera en La Guaira[spacer height=»1px» id=»5″]Otras actividades en La Guaira:[spacer height=»1px» id=»5″]1.- Médico de Sanidad y Médico del Hospital Militar[spacer height=»1px» id=»5″]2.- Profesor de latín en el Colegio de la Fraternidad[spacer height=»1px» id=»5″]3.- Agente del servicio consular del Brasil[spacer height=»1px» id=»5″]4.- En la Sociedad de Ciencias Físicas y Naturales de Caracas[spacer height=»1px» id=»5″]5.- Miembro de la Junta de la Apoteosis de Vargas

Cap. VII.- LA HACIENDA “BUENA VISTA” [spacer height=»1px» id=»5″]El panteón de los Knoche

Cap. VIII.- MUERTE Y EMBALSAMAMIENTO EN LA HISTORIA[spacer height=»1px» id=»5″]La muerte en la teología cristiana[spacer height=»1px» id=»5″]Las inhumaciones[spacer height=»1px» id=»5″]La muerte en Venezuela[spacer height=»1px» id=»5″]Historia del embalsamamiento o momificación[spacer height=»1px» id=»5″]La momificación en el antiguo Egipto y en la Antigüedad[spacer height=»1px» id=»5″]La momificación en la Edad Media y el Renacimiento europeo[spacer height=»1px» id=»5″]La momificación en los siglos XVIII y XIX[spacer height=»1px» id=»5″]El embalsamamiento en Venezuela[spacer height=»1px» id=»5″]Knoche y su interés por el embalsamamiento[spacer height=»1px» id=»5″]La momia de Tomás Lander[spacer height=»1px» id=»5″]Otros embalsamamientos atribuidos a Knoche

Cap. IX.- RETIRO Y MUERTE EN BUENA VISTA

Cap. X.- EL RENACIMIENTO DE KNOCHE

APÉNDICES[spacer height=»1px» id=»5″]Cronología [spacer height=»1px» id=»5″]El doctor Knoche en la literatura de ficción[spacer height=»1px» id=»5″]Anecdotario Knoche[spacer height=»1px» id=»5″]La etimología de Gottfried Knoche [spacer height=»1px» id=»5″]Actas de defunción firmadas por Knoche [spacer height=»1px» id=»5″]Carta de la archivista de la Universidad de Halle [spacer height=»1px» id=»5″]Curriculum vitae de Knoche en 1845 [spacer height=»1px» id=»5″]Expediente de Revalidación (Univ. Central de Venezuela)[spacer height=»1px» id=»5″]Poema “Al Dr. G. Knoche” [spacer height=»1px» id=»5″]Reposición de Knoche en el Hospital Militar, 1864 [spacer height=»1px» id=»5″]Testamento [spacer height=»1px» id=»5″]Referencias [spacer height=»1px» id=»5″]Índice onomástico y geográfico

          Esta obra, ampliamente documentada y profusa en informaciones sobre la genealogía del Dr. Knoche, sus estudios, sus profesores, su ejercicio de la medicina en Venezuela y su interés por el embalsamamiento de cadáveres es la mejor estructurada, entre toda la web-bibliografía que al respecto hemos revisado. A estas informaciones se les agregan las contenidas en el capítulo “Muerte y embalsamamiento en la Historia” y las opiniones de Soyano y Müller en relación con el embalsamiento por parte de Knoche de los cadáveres de Tomás Lander, José Tadeo Monagas y Francisco Linares Alcántara.   

                   Tomás Lander                    (*1792 / +1845)
               José Tadeo Monagas               (*1784 / +1868)
Francisco Linares Alcántara      (*1825 / +1878)

El relato del embalsamamiento y posterior exposición del cuerpo embalsamado de Tomás Lander durante más de 30 años parece ser apócrifo; hasta ahora, no hemos podido localizar pruebas o evidencias de su veracidad. Algunos historiadores piensan que la anécdota fue puesta a correr en la década de 1880 para justificar el hecho de que Lander no fuera “admitido” al Panteón Nacional sino hasta 1884, 10 años después de su elección, o alternativamente para subrayar que Lander no fue más que un revolucionario liberal de escritorio, y de esa manera exaltar y hacer prevalecer la figura de Antonio Leocadio Guzmán. (…) Las pruebas en relación a la existencia del cadáver embalsamado y momificado de Tomás Lander son por lo menos dudosas y contradictorias; igualmente es dudoso el que el procedimiento en cuestión hubiera sido realizado por Gottfried Knoche, quien en ese momento estaba recién llegado al país y hasta donde sabemos no tenía una dilatada experiencia en el arte de embalsamar, como se ha querido establecer.

… …

Otro notable embalsamado atribuido a Knoche, fue otro expresidente, el general José Tadeo Monagas, quien murió en El Valle, en las afueras de Caracas el 18 de noviembre de 1868, a los 84 años de edad. El paciente había sido atendido por el doctor Rafael Villavicencio, quien lo había acompañado desde Valencia en su última gravedad. Antes de viajar a El Valle, el enfermo permaneció varios días en La Guaira, donde Villavicencio convocó una junta médica con varios facultativos tanto de La Guaira como de Caracas para evaluar el estado del enfermo; sin embargo, llama la atención, que entre esos médicos no se menciona a Knoche en el detallado informe que escribió Villavicencio, aunque intuimos, dada su fama y su posición como director del Hospital Militar, que éste no se encontraba en ese momento en el puerto. El cadáver del general fue embalsamado, pero dudamos que fuera Knoche el encargado de ello, por la suposición previamente mencionada; los funerales fueron realizados en la Catedral de Caracas.

… …

También se menciona con harta frecuencia que Knoche participó en el embalsamamiento del cadáver del general Francisco Linares Alcántara (1825-1878), conocido como “El Gran Demócrata”, muerto en el ejercicio de la presidencia de la nación el 30 de noviembre de 1878, a los 53 años de edad. Linares Alcántara se encontraba en La Guaira desde el 21 de noviembre, tras agravarse un cuadro de resfriado o bronquitis que se había iniciado en Caracas unos días antes. Knoche fue uno de los varios médicos que atendieron al presidente durante sus últimos días, entre los que se encontraban también los doctores Calixto González, Nicanor Guardia (padre), Elías Rodríguez, José Ildefonso Torrealba, Francisco Padrón, Pedro Medina, Rafael Villavicencio, L. Rodríguez, Alejandro Frías Sucre, Ramón Alejandro Ramos, Gerónimo González y Francisco C. Yepes, la flor y nata del cuerpo médico de Caracas y La Guaira, como era de esperarse por la investidura del enfermo. El cadáver fue autopsiado, embalsamado y mantenido en capilla ardiente en la Catedral de Caracas, hasta su traslado al Panteón Nacional el 9 de diciembre de 1878. Incidentalmente, durante este traslado se produjo una situación de pánico entre la multitud, al escucharse el sonido de un supuesto disparo de arma de fuego; el cortejo fúnebre salió en desbandada, al igual que los portadores razón por la cual la urna que contenía el cadáver fue momentáneamente abandonada en medio de la calle, hasta que se restableció el orden y se retomó para llevarla a su destino final. Un relato de este incidente fue referido en el libro Souvenirs du Venezuela: Notes de voyage, publicado en París en 1884, escrito por la joven francesa Jenny de Tallenay –hija del embajador francés Henry de Tallenay–, quien se encontraba de visita en Venezuela en ese momento.

 

3

                 Ya a punto de concluir este recuento de la vida de Gottfried Knoche y aún en búsqueda de una respuesta al porqué de su alucinante afición por el embalsamamiento, hemos recordado un cuento del Pantchatantra que por vez primera leímos en la antología 22 Cuentos preparada por Oscar Sambrano Urdaneta:

                    En cierto lugar vivían cuatro hermanos brahmanes que se tenían el mayor afecto. Tres de ellos se habían instruido en todas las ciencias, pero carecían de prudencia; el cuarto no había estudiado, mas era muy discreto. Una vez se pusieron a deliberar y decidieron adquirir fortuna visitando países extranjeros ganando el favor de los príncipes. En su camino vieron en un bosque la osamenta de un león. Dijo el uno:

              – Vamos a probar nuestra ciencia: aquí yace un animal muerto, vamos a devolverle la vida con nuestro saber. Yo sé ordenar y juntar los huesos.

Dijo el segundo:

-Yo sé poner la piel, la carne y la sangre.

Dijo el tercero:

– Yo sé infundirle vida.

Y al hablar así, el primero juntó los huesos, el segundo le puso la piel, la carne y la sangre, y cuando el tercero estaba a punto de darle la vida se lo impidió el prudente diciendo:

– Es un león. Si le das vida nos va a matar a todos.

Pero el otro contestó:

-Necio! ¡No permitiré que la ciencia quede estéril en mi mano!

Repuso aquel:

-Pues espera un momento, hasta que yo haya subido a ese árbol.

Así se hizo; el león recobró la vida, dio un salto y mató a los tres. Pero el prudente bajó del árbol cuando el león ya se había alejado y volvió a su casa.

                 A raíz de esta lectura, nos preguntamos ¿habría en Knoche la misma actitud del hacedor que sabía cómo infundirle vida al león? ¿Lo movería la idea de no permitir que la ciencia quedara estéril en sus manos? ¿Concibió el embalsamamiento como un paso previo a la resurrección pautada en ciertas religiones? ¿O era un científico obsesionado por el Más allá? En verdad, frente a su conducta, únicamente tenemos conjeturas. En casos como éste, frecuentemente somos portadores de la idea de que el presente exige explicaciones al pasado y, además, de la expectativa que siempre existe en la sociedad en torno al progreso indetenible de la ciencia y la tecnología en sus propósitos de transformar el orden natural de cada cosa en búsqueda del futuro.

                A propósito de estas inquietantes preguntas, en uno de los dos trabajos que de ellos hemos citado, Andrés Soyano y Aixa Müller se preguntan ¿A qué se debió el interés de Knoche por el embalsamamiento? (Cf. El doctor Gottfried Knoche: Médico y momificador alemán en la Venezuela del siglo XIX). Y se responden diciéndonos: –Podemos avanzar al menos cuatro posibilidades:

1º. Visto que estaba prohibido el enterramiento de los no católicos en los cementerios manejados por la Iglesia Católica, y existiendo en La Guaira y Caracas una comunidad de extranjeros, en su mayoría no católicos, es posible que Knoche, que muy probablemente conocía las técnicas de preservación cadavérica, pensara como una posibilidad de ganar un dinero extra ofreciendo un servicio que a todas luces era necesario en la comunidad donde se desenvolvía y además de gente por lo demás pudiente.

2º. Preocupación metafísica o teológica por el destino del cuerpo y del alma. Es posible que la formación teológica de Knoche le permitiera elucubrar sobre la inmortalidad, el más allá, el destino del alma, etc.

3º. Un simple interés científico, a manera de hobby, por la conservación o preservación de la materia viviente impidiendo la putrefacción.

4º. La explotación del miedo natural del común de las personas frente a los muertos.

               Sea cual fuere la motivación de Knoche, lo cierto es que ya su nombre, homólogo de un mundo absolutamente peculiar, propiedad de un señor bastante extraño (que) tenía además una cantidad de envases con niños conservados en alcohol y otras cosas horribles, está grabado, en principio, en la Historia de la Medicina en Venezuela como creador de una fórmula para embalsamar hasta ahora secreta y, en segundo término, como el protagonista de una leyenda contemporánea difundida a través de todos los modos de expresión y de todos los medios de comunicación. De hecho, en diferentes formatos de los medios de comunicación impresos y en Internet se documentan cientos de referencias relacionadas con diferentes aspectos de su origen, su familia, su formación universitaria, su ejercicio profesional, y, por supuesto, sobre sus momias y su enigmática fórmula. Así mismo, su historia ha sido recreada en las artes escénicas, la literatura y la música.

                    En definitiva, como ya dijimos, en esta leyenda se identifican algunos aspectos que la distinguen de las leyendas tradicionales. Por ejemplo, su adscripción a un imaginario contemporáneo propio de una sociedad modernizada en donde cada vez más tienen menos cabida los seres y los hechos fantásticos o sobrenaturales. Su historia, para citar otra de sus peculiaridades, se gesta y transcurre en un espacio real en el que actúan personajes auténticos, con nombres propios, en cuyos actos se motivan los hechos que se narrarán posteriormente y que, casi siempre, serán fantaseados o magnificados por quienes se encargan de repetirlos oralmente o mediante cualquier otra forma de expresión. Así Knoche, la realidad, se convierte, para algunos, en un Drácula o en un Frankenstein, la ficción. Pero, en esta leyenda, en ningún momento se habla de un pacto diabólico, de una presencia maligna, de un espanto y, en fin, de otros signos de esta misma índole frecuentes en las leyendas no contemporáneas. A diferencia de la Sayona, el Sinfín, la Llorona, la Bolaefuego y otros de estos seres que, según la tradición, han sido objetos de castigos eternos por parte de un dios o de un demonio para expiar sendas culpas, Knoche, en la vida real, fue un médico, un ser humano que inventó una fórmula para embalsamar cadáveres y se hizo un fiel y consumado devoto de esta práctica. A ella, dedicó buena parte de su vida y de él, parafraseando al también legendario Leonardo da Vinci, podemos decir que su vida, su fama y su leyenda se basan en la muerte de otros.

ECV/.-

05 / 05 / 2021

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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